viernes, 27 de septiembre de 2013

El miedo Oratorio

El gran enemigo del orador es una sensación de temor o miedo. Éste paraliza la lengua, seca la boca y la garganta, produce transpiración, engendra movimientos torpes del cuerpo, los brazos y las piernas, traba las articulaciones y la voz, y lo que es peor, nubla la mente.Sin embargo, el miedo es un fenomeno común en casi todos los oradores, incluso en losmás famosos.

Pero el miedo no es morboso y obsesivo, desaparece al poco rato de comenzar a hablar. El miedo no está en relación con el número de oyentes. es cierto sentido es la timidez un signo positivo en el ser humano, pues es desde el punto psicologico y a la sensibilidad del alma y a tu interior.

Sin embargo, hay que poner toda la voluntad y desicion posible para evitar que el miedo natural se convierta en una mania. El orador tiene miedo a olvidar su discurso, a equivocarse, a promover un mal espectáculo o a transmitir un mensaje erroneo, aterrorizarse ante el público es efrentarse a lo desconocido.

Para vencer el miedo oratorio, se debe:
  • controlar los signos externos de la inestabilidad emocional.
  • Hacer un buen uso de las reacciones fisiológicas exageradas en el momento de hablar.
  • Simplificar la situación compleja de la oratoria.
  • Transladar la atención que el orador se presta a sí mismo, hacia los démas y sus intereses.
Esto debe hacerse a travéz de:

  • Elección del tema: Elige un tema de tu propia experiencia.
  • Preparación del discurso: Donde las ideas tengan unidad y coherencia.
  • Control de la mecánica corporal: Rompe el circulo vicioso de la tensión muscular, mediante relajamiento.
  • Desarrollo de actitudes mentales de sostén: Existe tres actitudes mentales para apoyarse psicologicamente.
  1. La actitud de ansia por distribuir, es decir, muchas veces el orador se olvida de si mismo, lo cual se debe evitar, ya que el estado de la persona también cuenta mucho a la hora del discurso.
  2. La actitud de deseo de compartir, si el orador se enfrenta al auditorio con mala gana y sin espiritu de lucha tiene posibilidades de atraerlo. Para ello se recomienda tener un pensamiento positivo en todo momento.
  3. La actitud de habalr por una causa; cuando el orador habla con fuerza, convencido de la bondad de su causa y convencido de si mismo se torna naturalmente elocuente.
Algunos trucos o estrategias son:

  • Cerrar momentáneamente  los ojos, como haciendo coincidir este gesto con algún pensamiento de nuestro discurso; abriendolos cuando haya pasado el temor.
  • Mirar fijamente a una sola persona.
  • Suponer que se habla sin público.
  • Mirar lo menos posible la sala, dirigiendo la vista un poco por encima de ella, y nunca abajo.

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